La promesa democrática de la imagen fotográfica permaneció por mucho
tiempo incumplida, pues se mantuvo durante casi un siglo como un
instrumento en manos de la cultura burguesa y sus medios de
representación. Por eso, los retratos de las clases populares y los
subalternos fueron una irrupción accidental o marginal, una presencia
involuntaria dentro de encuadres cuya intención era otra.Genealogías documentales. Fotografía 1848-1917 cierra un ciclo iniciado en 2011 en el Museo Reina Sofía con las exposiciones Una luz dura, sin compasión. El movimiento de la fotografía obrera, 1926-1939 y continuado en 2015 con Aún no. Sobre la reinvención del documental y la crítica de la modernidad.
Ambas construyeron un relato alternativo de la configuración y
evolución del discurso documental en la historia de la fotografía, a
partir del estudio de casos en momentos decisivos del siglo XX