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Lecturas recomendadas:Howard Greenberg, el guardián del canon fotográfico. el Mundo Hoy
........Pero en 1984 se produjo un punto de inflexión cuando el Museo Getty de Los Ángeles
decidió crear una colección de fotografía y destinó a ello 30 millones
de dólares de entonces. «Poco a poco, ese dinero fue llegando a todos
los que nos dedicábamos a esto. A mí, que tenía una modesta galería en
un pueblo, me compraron obra por valor de 150.000 dólares. El dinero de
la Fundación Getty cambió el mercado y cambió mi vida». Aquel movimiento
atrajo de paso a los inversores; se consolidó la idea de que la
fotografía, ese artefacto que según Susan Sontag «trafica simultáneamente con el prestigio del arte y la magia de lo real», tenía valor.
La devaluación de la fotografía histórica coincidió con la vertiginosa
apreciación de la contemporánea. «Todo cambió cuando los fotógrafos
comenzaron a mostrar su trabajo en galerías de arte», explica. Y los
marchantes descubrieron que tiradas de muy pocos ejemplares de imágenes
en gran formato podían venderse a precios muy elevados.
«Por la misma razón que una pintura grande no cuesta lo mismo que una
pequeña, las galerías venden fotos grandes por más dinero. Es natural»,
añade, comprensivo pero escéptico con un fenómeno que ha su juicio ha
cruzado hace tiempo el umbral de lo razonable