Fotógrafo desconocido. Fotografía antigua Limpias, Santander.
Fotografía antigua de la Iglesia Parroquial de San Pedro de Limpias en el barrio de Rucoba. En su interior esta la imagen del Santo Cristo de la Agonía de gran devoción.
La iglesia se empezó a construir en el siglo XVII por el arquitecto Francisco de Hazas.
La foto es una vista de esta iglesia fronto- lateral, en gelatino bromuro y se puede fechar hacia 1930.
La historia cuenta que en 1919 unas niñas afirmaron que el Cristo les había mirado y, desde entonces, numerosos milagros se dice que se han producido por su intercesión.
Se localiza en Limpias entre Colindres y Ampuero.
La historia de la devoción al Cristo de Limpias es la siguiente, segun relato del Ayuntamiento
La Iglesia parroquial de San Pedro se alza en el barrio de
Rucoba. Fue en la antigüedad Monasterio y hacia el año 1500 se comienza a
construir y convertir en iglesia, con el transcurso de los años fueron
añadiéndose capillas, hasta formar un templo de tres naves. El edificio
de piedra, como se ha dicho, consta de tres naves con bóveda de crucería
gótica tardía. La entrada principal es una portada de estilo herreriano
con un retablo de piedra de dos cuerpos y de diseño novedoso en la
época. El altar y retablo mayor fue construido en el siglo XVIII
sustituyendo al antiguo retablo. El templo alberga numerosas obras
artísticas, la escultura de mayor relevancia es sin duda El Santo Cristo de la Agonía.
La talla más venerada, que preside el altar mayor de la iglesia y a la que acuden fervientemente los creyentes a orar es El Santo Cristo de la Agonía. Es una hermosa escultura, probable donación de don Diego de la Piedra Bernales y Secadura, enviada desde Cádiz.
Dicen que en la Semana
Santa de 1919, estando el templo completamente lleno de fieles, unas
niñas que estaban devotamente rezando, interrumpieron la misa y salieron
atemorizadas y llorosas de la Iglesia, decían y afirmaban que el Santo
Cristo de la Agonía había movido los ojos y las había mirado dulcemente.
Días después, el 12 de Abril, volvió a repetirse el prodigio. Observado
por gran número de personas, indicaron que El Cristo les miró y con un
gesto de profundo dolor que contrajo su divino rostro, les mostró una
tierna y dulcísima mirada de piedad y misericordia. Los Reverendos
Padres, intentando aplacar a la multitud que se echaba atropelladamente a
los pies del Cristo agonizante, no podían articular palabra al
comprobar ellos mismos la veracidad del milagro.
La noticia se
extendió y dio lugar, y continúa así en la actualidad, a que se venere
tan prodigiosa escultura. El culto al Santo Cristo de la Agonía, atrae a
lo largo de los años a los creyentes y a los curiosos a Limpias.
Algunos dicen que no ven nada, otros afirman que han sido bendecidos con
una mirada del Santo Cristo.